jueves, 27 de febrero de 2014

La vida es como una fotografía

Seguro que muchos de vosotros/as os habréis preguntado que cómo es posible que con la que está cayendo se nos ocurra celebrar el Día Internacional de la Felicidad. Cuando se pregunta a la gente que es lo que valora más para ser feliz salen automáticamente las tres respuestas típicas: salud, dinero y amor. No sé si en ese orden pero lo que si sé es que la salud ocupa el primer lugar. La falta de ella creemos que nos impide disfrutar del resto de cosas que la vida nos ofrece y solemos poner la falta de ella como el primer condicionante para no ser felices.
También es verdad que la mayoría admiramos a aquellas personas que con problemas serios de salud no pierden la sonrisa de su cara, tratan de vivir la vida lo más intensamente posible, consiguen irradiar energía positiva a los que los rodean y hacer que su vida sea más fácil, sencilla y feliz. Admiramos su fuerza y su coraje, su tenacidad, su lucha a brazo partido contra la adversidad y, en muchos casos los consideramos héroes.
Pero la inmensa mayoría de nosotros, aunque no lo sepamos, tenemos en nuestro interior esa semilla que está esperando a germinar en los momentos difíciles de la vida. Todos tenemos en nuestro interior ese héroe al que no dejamos salir más que cuando una situación traumática se cruza en nuestro camino. Busquémoslo, dejémoslo salir ahora, mostrémoselo a los demás, irradiemos su fuerza, su luz, su espíritu de lucha, contagiemos al mundo y veremos como cada vez van a ir apareciendo más y más a nuestro alrededor. Esa fuerza, esa luz, esa espíritu va a ser transformador de nuestra realidad cercana y, muchas realidades cercanas, acabarán transformando el mundo.
Como véis hablo en primera persona. Somos varios colectivos y personas y, en este caso, expreso una opinión personal.
Ayer me encontré un testimonio impresionante de una persona a la que llamaremos viviendo rodando. Ella, a través de su blog, nos ha ido contando a lo largo de los últimos meses el proceso seguido a raíz de una lesión medular que la ha dejado en silla de ruedas. Dejémoslo ahí. Nos ha contado sus duros primeros momentos, la aceptación, su lucha diaria en la que sigue a día de hoy y, lo que más me interesa hoy, su aprovechamiento del dolor para crecer, para transformarse, para ser inspiradora a los demás. Reconozco que me emocionó leer ayer su testimonio y me alegró. A mí me hizo más feliz. Por eso quería compartirlo aquí.
Picad en la imagen y podréis leerlo.
 
La vida es como una fotofgrafía
© Viviendo rodando

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